La suave textura de una manzana horneada es un deleite a cualquier hora del día, combinada con el aroma y sabor de la canela y los frutos secos su delicada acidez se ve realzada de una manera especial, más aún si la sirves caliente o tibia y acompañada de una bola de helado de vainilla.
Necesitamos:
50 g de piñones.
800 g de manzanas verdes.
100 g de pasas.
1 taza de jugo de naranja.
1 cucharada de miel.
1/2 cucharadita de canela molida.
2 clavos de olor.
1 cucharada de cáscara de naranja rallada.
50 g de almendras molidas.
Esparcimos los piñones sobre una placa de metal y los tostamos al horno a temperatura moderada durante pocos minutos.
Pelamos las manzanas, les quitamos el centro y las cortamos en láminas de 1 cm. En una fuente para horno colocamos las láminas de manzana intercalándolas con los piñones y las pasas.
Mezclamos el jugo de naranja con la miel y rociamos las manzanas. Esparcimos la canela, la ralladura de naranja y las almendras, tapamos con papel aluminio y horneamos a 200 ºC – 400 ºF por unos 40 minutos, hasta que las manzanas estén suaves. Servir con una bola de helado de vainilla.
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